Su nombre es Alex Mejía, y él es un habitante de Nueva Zelanda y quien actualmente se puede decir que es muy feliz. Pero eso no sucedía así hace un año atrás cuando él atravesó muchas dificultades en su vida. Ya que pues todos sus problemas comenzaron el 21 de enero en Armenia. Ese día Alex se encontraba con su esposa lucia, ya que nacería un hermoso hijo.
A este pequeño lo nombraron julio, pero el pequeño como así la vida decidió, nació con Síndrome de Down, y como de costumbre en la ciudad de Armenia, se tenia la costumbren de abandonar a los bebes con estas condiciones de salud. Por lo que lucia a Ale que deberían de abandonarlo al pequeño recién nacido julio: a lo que Alex inmediatamente le pareció absurdo y dijo que a ella le gustaba la idea.
Las discusiones sobre el asunto se prolongó tanto que culmino en un divorcio; ya que Alex no torelaba la idea de abandonar a su hijo. La situación tal que lo llevó a decidir entre el amor y su esposa, al amor con su pequeño. Como era de esperarse de un buen padre, Alex eligió a su bebé aunque todo esto fuese contra la cultura de su pueblo. Luego de esto desato la noticia sobre lo que él había hecho se propago y se volvió viral, y gracias a algunas campañas de su parte, consigueron y varias donaciones de personas de muchas partes del mundo para poder costearse todos los medicamentos y cuidados de su bebé.
Un tiempo después lucia volvió a contactarlo para ver como andaba todo, pero esto no era del todo cierto, pues está se dio cuenta que lo que había hecho era algo inconcebible. Ella le decía a Alex que se sentía arrepentida y que por favor la perdonará. Situación tal fue muy repudiada por todos los allegados y cibernautas del mundo, al saber que ella había abandonado a su propio hijo y esposo simplemente porque su niño padecía de ese síndrome. Dejándolos a ambos a su suerte en los primeros momentos de vida de el pequeño julio. Le rogó varias veces a su esposo que la perdonara, pues ella lo amaba y a julio por igual y quería enmendar sus errores.
Alex le dijo que le estaba dispuesto a darle otra oportunidad, por lo que lucia viajo de regreso a Nueva Zelanda y hasta el sol de hoy cuida y ama a su bebe como ninguna otra madre. Dice que no hay mayor felicidad que la familia, y hoy puede decir que es feliz, pues no conocía lo que era el verdadero amor “El amor de madre”.
Muy buen acto el de este hombre, además de todo un padre ejemplar. No te olvides de compartir